Ya no tendrá que gritar para llamar al camarero en su restaurante favorito. Los ordenadores cada vez nos hacen la vida más fácil, así que lo harán por usted. A partir del próximo año será obligatorio para trabajar en hostelería tener implantado un chip en el cerebro, así y mediante una aplicación móvil, con tan solo un gesto del comensal podrá llamar al servicio para cualquier necesidad.
La patronal está encantada con este nuevo servicio que podrán ofrecer (subvencionado completamente por el gobierno, parece ser), aunque veremos que opinan los sindicatos, que aún no se han pronunciado al respecto.