Todo ocurrió la tarde del 22 de Agosto, cuando Jesús Arrieta, turista asturiano que pasaba sus vacaciones en el Norte de Escocia, tuvo la brillante idea de remojar los pies en el citado lago para refrescarse.
Ante la sorpresa de multitud de turistas presentes, una enorme sombra se acercó bajo las aguas del lago hasta la orilla y, en un abrir y cerrar de ojos, arrastró al hombre a las profundidades del enorme lago.
Las autoridades locales no se molestaron en iniciar una investigación de lo ocurrido ni una búsqueda del muchacho. Según sus propias palabras porque: «Es que es mucha agua» y «Son cosas que pasan».
Las autoridades españolas indignadas, contactarán con el gobierno escocés y blablablá, blablablá…