Matt Rouch, leñador de Dakota del Norte, tuvo un accidente en su trabajo hace seis años por el que terminó con un hacha clavada en la cabeza. Lo que parecía una muerte segura se ha convertido en el mayor caso de supervivencia que intriga a toda la comunidad científica.
Después del accidente y al ver que no terminaba de morir, sus compañeros lo llevaron al hospital más cercano donde los especialistas no se creían lo que veían. Después de 5 días de pruebas llegaron a la conclusión que si se la extraían había mucho riesgo de que se muriera (esta vez de verdad), así que Matt decidió quedarse así.
En estos seis últimos años nuestro protagonista se ha ido adaptando hasta acostumbrarse a su situación. “Creo que ahora mismo no me quitaría el hacha aunque me aseguraran la supervivencia, – nos narra Matt – es ya como una parte de mi cuerpo más, que además me sirve para romper el hielo cuando conozco a gente nueva”. Finalmente parece que todo han sido ventajas para él.